Una fachada simple, una sorpresa interior

Una fachada simple, una sorpresa interior


Rondando por la ciudad hay lugares que te dan sorpresas. En la delegación Azcapotzalco encontrarás una fachada con adornos florales que, a mí parecer la última vez que fui no era tan llamativa, sin embargo se destaca de los alrededores y aun con esa cara engañosa verás mares de gente esperando por el pan de cada día.


Decidí esperar en la jardinera que está a la vuelta de la entrada con mi familia y después de un rato sé que me sentaré y quedaré encantada con cada bocado, pues en sabor no hay igual. Se dice que “el amor entra por el estómago” y es lo que el restaurante Nicos hace con gran facilidad y elegancia.


Su interior no es muy grande, sin embargo es acogedor, un lugar parecido a un comedor elegante en casa cuando te esmeras por recibir visitas o a alguien importante. Ese ambiente cálido y de bienvenida se refleja en cada plato.


La Sopa seca de natas me trae recuerdos de mi bisabuela, como aquellas crepas que hacía de pollo en salsa de jitomate, pero este platillo es rescatado de la cocina conventual del siglo XIX; cual efecto Ratatouille vuelve a esta fachada mágica, en engaño de la mente, en una cocina con mucho corazón, eso es lo maravilloso de recordar en cada bocado a un ser querido.


Para plato fuerte no podría decidir, en esta grata selección, sin decir que cual sea tu elección quedarás más que satisfecho, ya que todo es único. En mi primera visita descubrí el Mole verde de doña Elena, acompañado con pavo o pato y que fue una revelación que por no tener un picor elevado puede gustar a cualquier paladar y cultivarlo, y un Tamalete de anís delicioso. Para mi segunda visita pedí el Cerdo en adobo de antaño, que tuvo el papel estelar, siendo un cerdito de la Hacienda “La Ponderosa”, un adobo de chiles secos con piloncillo y chocolate, acompañado de tamalito de elote y brote de maíz me hizo quedar encantada por su picor y dulzor, y que con la suavidad del tamalito hacía la combinación perfecta.


Faltan muchas visitas más por hacer y probar todo el menú. Si un día quieres ir no dudes en pedirme ir contigo y compartir la experiencia.


Av. Cuitláhuac 3102 Clavería, Azcapotzalco, Ciudad de México, 02080





Gretchen G. Z.

Comentarios

  1. L
    Ambiente agradable y buena comida
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  2. Esperamos casi dos horas, pero valio la pena en cada bocado. Empezando por unos deliciosos esquites con mantequilla. Recomiendo pedir un guacamole que es preparado in situ.

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